Solemos vivir en piloto automático: estudiamos
porque precisamos; nos formamos en una profesión porque de alguna manera,
fuimos conducidos a ella; ejercemos una ocupación porque nos garantiza los
medios para vivir. Sin embargo, ¿Es eso suficiente para nuestra felicidad o lo
que hacemos puede estar acabando con nuestra salud física y mental?
Dedicamos gran parte de nuestra vida al
trabajo. La mayoría de las personas lo usan como medio de supervivencia. Otras,
a través del ejercicio de su profesión, consiguen sentirse realizadas o cumplir
su misión en la vida.
Quienes aman lo que hacen, se destacan, ya que
ponen pasión en cada una de las cosas y disfrutan de ellas, comprometiéndose,
asumiendo responsabilidades con alegría y viendo el trabajo como una
prolongación de su propia vida.
Probablemente, has tenido contacto con los dos
tipos de personas y seguramente percibiste la diferencia.
Aquel que sólo se conforma, busca hacer lo imprescindible,
sólo lo que se le exige, enfocándose en los problemas y en las dificultades. Vive
en la murmuración, el reclamo, la queja, culpando de su fracaso e infelicidad a
los demás o atribuyéndolo a la falta de oportunidades.
Por el contrario, aquellos que aman su
trabajo, son felices, encuentran sentido a lo que hacen y buscan mejorar, no
sólo por los demás, sino por sí mismos, como una forma de desempeñarse mejor en
aquello que les apasiona. Siempre están dispuestos a innovar dando lo mejor de
sí sin descuidar los aspectos más importantes de su profesión y haciendo de
ella un arte.
Dedicarse a lo que se ama es un privilegio,
porque encontramos aquello que nos permite no sólo sustentarnos, sino que,
además, nos proporciona satisfacción y alegría, contribuyendo, además, al
completo desarrollo de todas nuestras potencialidades. Parece que da trabajo,
requiere suerte o exige esfuerzo. Sin embargo, cuando encontramos aquello que
nos realiza, nos enfrentamos al momento en el cual es necesario tomar la valiente
decisión de perseguir esa idea.
Dedicarse a lo que se ama y transformar esa
actividad en una ocupación, requiere dedicación. Pero vale la pena transitar
ese camino, aunque sea poco a poco, dando pequeños pasos hasta alcanzar la
meta, finalmente.
Tu trabajo va a ocupar una parte muy
importante de tu vida y la única manera de estar realmente satisfecho es
haciendo aquello que es óptimo para ti. La única manera de hacer óptimo un
trabajo es haciendo aquello que amas hacer o amando lo que haces.
¿Amas lo que haces?
Gracias a Dios me encuentro en la categoría de los que aman lo que hacen. Pero... qué daño suelen hacer algunas personas que pertenecen a la otra
ResponderEliminar